El primer cuarto fue una muestra de lo que sería el resto
del encuentro, ya que Leyendas inició con una ofensiva imparable que les permitió
establecer una ventaja inicial de 30-2. Desde el comienzo, los jugadores de
Leyendas se mostraron enfocados y precisos, con una estrategia de ataque en
equipo que no dio respiro a Gigantes. La combinación de velocidad y precisión
en los tiros evidenció la preparación táctica de Leyendas, y su defensa
asfixiante apenas permitió que Gigantes sumara dos puntos en este periodo.
En el segundo cuarto, la ventaja de Leyendas siguió
ampliándose con un marcador de 57-9. El equipo mostró una cohesión impecable en
sus jugadas, ejecutando tanto ataques rápidos como transiciones meticulosas que
aseguraron cada posesión. La defensa de Leyendas continuó siendo casi
infranqueable, dejando en claro la diferencia de preparación entre ambos
equipos. Gigantes, por su parte, trató de ajustar su estrategia, pero la
intensidad y el ritmo de juego impuestos por Leyendas impidieron cualquier
intento de recuperación.
Para el tercer cuarto, Leyendas se encontraba con una
ventaja de 86-19, con la figura de José Pino destacando en cada jugada. El
talento de Pino quedó evidenciado no solo en sus anotaciones, sino también en
su capacidad para liderar al equipo, asistiendo y defendiendo en momentos clave
del encuentro. Su habilidad en el manejo del balón y su visión de juego fueron
fundamentales para sostener el impulso arrollador de Leyendas, quienes
terminaron el partido con un marcador final de 129-26, consolidando una de las
victorias más contundentes en la historia del equipo.
La actuación de José Pino fue sin duda la más destacada de
la jornada. Su puntería en los tiros, su habilidad para sortear la defensa
rival y su energía incesante en la cancha demostraron por qué es uno de los
jugadores clave de Leyendas.